REHABILITACION

CEPILLADO AL ADEME DEL POZO

Estos trabajos se realizan una vez que se ha detectado por medio de análisis químicos y videograbación, que la causa de disminución del caudal que aporta el pozo, es la incrustación que se ha originado en el transcurso de la operación del mismo.

Para realizar dicha maniobra

Se adapta un cepillo de alambre al barretón, de diámetro similar al ademe o rejilla

Se inicia el cepillado en forma descendente a partir de la profundidad donde comienza la rejilla y hasta la profundidad total de la misma

Posteriormente se debe aplicar ácido muriático o sulfámico que sirve como diluyente de los materiales incrustantes.

PISTONEO DEL POZO

Con objeto de ayudar a la limpieza del pozo, previo al pistoneo,

Se debe colocar un dispersor de arcillas, en una proporción de 20 litros por cada 30 m. de profundidad a partir del nivel estático, dejándose reposar durante 24 horas, a fin de lograr la acción dispersantes de las moléculas componentes de las arcillas.

Posteriormente se prepara el pistón que va conectado a la herramienta y debe tener diámetro sensiblemente menor al del ademe o rejilla, aproximadamente entre 1.25 cm y 2.54 cm (ó”–1”).

La acción del pistoneo se inicia a la profundidad donde inicia la rejilla, en forma descendente hasta la profundidad total del pozo.

Una vez que se han realizado las actividades relacionadas con el cepillado y pistoneo del pozo se realizan los trabajos para desazolvar el mismo.

APLICACIÓN DE AIRE DE ARENA POR GRAVA

Existen pozos que durante su régimen de operación han estado aportando arenas y materiales finos, por consiguiente han provocado un desgaste continuo de las partes del cuerpo de la bomba y una acumulación de azolve en el interior del pozo. Con el fin de tratar de solucionar este problema y darle al pozo una vida útil más larga y en mejores condiciones de operación, se realizan los trabajos de substitución de tramos del mismo que permanecieron sin grava durante su construcción y en los cuales no se ha logrado formar un filtro natural.

Para realizar estos trabajos se utiliza un compresor de 17.52 kg/cm2 y 1.7 m3/min (250 libras por pulgada cuadrada y 600 pies cúbicos por minuto) con una línea de aire capaz de vencer la columna de agua, aplicando la inyección de aire a la cámara cerrada, con una tubería de descarga y válvula de paso respectiva, a fin de que en forma intermitente se logren descargas y pérdidas de presión, que provocan la salida de material fino y desplazamiento vertical de la grava en el espacio anular.

Los resultados que se obtienen pueden variar notablemente en cada caso, pero los más importantes pueden ser los siguientes:

Aumentar la permeabilidad en el entorno del pozo, generando una mayor
capacidad específica.

Estabilizar la unidad geológica en torno al pozo, con lo que se disminuye la posibilidad de bombear arena

En pozos en los que en su construcción se empleó lodo de perforación, pudo no haberse hecho una limpieza adecuada (desarrollo), por lo que persistió la capa de enjarre en la pared del pozo, con el tratamiento señalado se:

Dispersa el lodo,
dejando libre la entrada del agua.

Aumenta la permeabilidad de la formación en la
vecindad del pozo.

La velocidad de entrada del agua sea menor, lo
que retrasa la acción incrustante o corrosiva del agua.

En acuíferos en rocas fracturadas, el tratamiento elimina los materiales finos que rellenan las fracturas, permitiendo así, un paso más franco del agua al pozo.

Mantenimiento a pozo profundo propiedad de INSTITUTO KENNINGAR, sucursal Bosques de Santa Anita.

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